Powered By Blogger

miércoles, 3 de diciembre de 2025

LECCIÓN 337: Mi impecabilidad me protege de todo daño.



1. Mi impecabilidad me garantiza una perfecta paz, eterna seguridad, un amor imperecedero, mantenerme eternamente a salvo de todo pensamiento de pérdida y liberarme completamente del sufrimiento. Mi estado sólo puede ser uno de felicidad, pues eso es lo único que se me da. ¿Qué debo hacer para saber que todo esto me pertenece? Aceptar la Expiación para mí mismo y nada más. Dios ya hizo todo lo que había que hacer. Y lo que tengo que aprender es a no hacer nada por mi cuenta, pues sólo necesito aceptar mi Ser, mi impecabilidad—la cual se creó para mí y ahora es mía—para sentir el Amor de Dios protegiéndome de todo daño, para entender que mi Padre ama a Su Hijo y para saber que soy el Hijo que mi Padre ama.


2. Tú que me creaste en la impecabilidad no puedes estar equivocado con respecto a lo que soy. Era yo quien estaba equivocado al pensar que había pecado, pero ahora acepto la Expiación para mí mismo. Padre, mi sueño termina ahora. Amén.


REFLEXIÓN:


Acepto la expiación y suelto las prevenciones. Acepto porque es la única manera de dar el primer paso. Si no hay “aceptación” todo seguirá igual y no podremos “sentir el Amor de Dios” protegiéndonos de cualquier cosa que nos pueda  causar dolor. Es tan fácil, pero a la vez difícil, porque en este mundo terrenal estamos aprendiendo, y cuando aceptamos algo, departe de Dios, aunque Él “ya hizo todo lo que había que hacer”, nosotros tenemos que enfrentar la realidad que nos confronta, no sólo con nuestros aprendizajes personales, sino con todo a lo que hemos dicho sí. Por eso el “perdón” se hace difícil, porque cuando leemos las lecciones la aceptamos intelectualmente, pero cuando se pone frente a nosotros ese hermano que nos está ayudando a ponerlas en práctica, es entonces cuando damos media vuelta y preferimos hacernos los desentendidos, o simplemente claudicar y decir: ¡Qué haga otro el trabajo, esto no es para mí!


Así que ante la pregunta: “¿Qué debo hacer para saber que todo esto me pertenece?”, sólo tenemos que “Aceptar la Expiación”, y dejar que el Espíritu Santo nos vaya guiando para corregir las percepciones erróneas que no nos permiten ver que hemos estado equivocados sintiendo culpa, y juzgando a los demás.


ORACIÓN:


Padre, acepto la expiación porque sé que Tú ya hiciste todo lo que había que hacer para que yo pudiera estar libre de daño. Me “creaste en la impecabilidad”, y me he pasado la vida viviendo en la culpa, pero ahora acepto mi Ser  para despertar del sueño de la muerte y vivir en la “perfecta paz”  que Tú me ofreces. Amén.



Lecturas complementarias: 


SEGUNDA PARTE: Introducción 

https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html


2. ¿Qué es el ego?

https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/12-que-es-el-ego.html


2 comentarios:

LECCIÓN 348: Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu Gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.

1. Padre, que recuerde que Tú estás aquí y que no estoy solo, pues estoy rodeado de un Amor imperecedero. No hay razón para nada, excepto p...

Lo más visto