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domingo, 13 de abril de 2025

LECCIÓN 103: Dios, al ser Amor, es también felicidad.



1. La felicidad es un atributo del amor. No se puede separar de él ni experimentarse donde éste no está. Al estar en todas partes, el amor no tiene límites. y, por consiguiente, la dicha también está en todas partes. No obstante, la mente puede negar que esto es así al creer que hay brechas en el amor por donde el pecado puede infiltrarse, ocasionando dolor en lugar de dicha. Esta extraña creencia pretende limitar la felicidad redefiniendo el amor como algo limitado e introducir discrepancias en lo que no tiene límites ni opuestos.


2. De este modo, se asocia el miedo con el amor y sus resultados se convierten en el patrimonio de aquellas mentes que piensan que lo que han hecho es real. Estas imágenes, desprovistas de toda realidad, dan testimonio del temor a Dios, olvidando de que Dios, al ser Amor, tiene que ser también felicidad. Hoy trataremos una vez más de llevar este error básico ante la verdad y de enseñarnos a nosotros mismos que:


Dios, al ser Amor, es también felicidad.

Tener miedo de Él es tener miedo de la dicha.


Comienza tus sesiones de práctica de hoy asociando estas dos ideas, lo cual corrige la falsa creencia de que Dios es miedo. Y también pone de relieve que la felicidad es tu patrimonio por razón de lo que Dios es.


3. Permite hoy que esta corrección se instale en tu mente durante cada hora de vigilia. Da la bienvenida entonces a toda la felicidad que esta corrección brinda, a medida que la verdad reemplaza al miedo y la dicha se convierte en lo que esperas ha de ocupar el lugar del dolor. Dado que Dios es Amor, esto se te concederá. Refuerza esta esperanza a menudo a lo largo del día y acalla todos tus temores con la siguiente expresión de certeza, la cual es gentil y completamente cierta:


Dios, al ser Amor, es también felicidad.

Y la felicidad es lo que busco hoy.

No puedo fracasar, pues lo que busco es la verdad.


REFLEXIÓN:


La felicidad como atributo del amor es inseparable de éste, y “Dios, al ser Amor, es también felicidad”. Esto lo deja claro UCDM, y eso desdibuja una enseñanza que quizás fue la misma para muchos de nosotros, y es que había que tener un “temor reverente a Dios”, que quiere decir que reconocemos el poder de Dios y nuestra pequeñez ante dicho poder. Aunque creo que nunca le vimos nada de malo a esa enseñanza, podía sonar contradictorio cuando nos decían que Dios es puro amor, pero no se nos debe olvidar que este tipo de enseñanzas provienen del hombre, y cada quien en su época encontraba la manera de  explicar quién es Dios. El mundo evoluciona, y así mismo la manera de entenderlo y las enseñanzas que intentan explicarlo, pero Dios es el mismo hoy, mañana y siempre, porque Dios sólo puede ser en el Presente. Y a pesar de las posibles contradicciones que, supuestamente, podamos encontrar en la forma de “entender” a Dios,  quizás sólo nos debería importar el proceso de “corrección” por el que estamos transitando, y simplemente contemplar a Dios en el presente sin importar que en el pasado se haya  tergiversado su comprensión para nosotros.


Hay un pasaje  de la Biblia (1 Juan 4:18-20) muy hermoso, donde se ve reflejada la  esencia de la enseñanza de hoy:


“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”.


Hoy también sabemos que “Todos Somos Uno”, que Dios está en ti, en mí, y que Dios está en todo lo que vemos porque Dios está en nuestra mente, y que “El Amor de Dios está en todo lo que Él creó, pues Su Hijo está en todas partes.”. Somos Amor.


ORACIÓN:


Padre, hoy permito que se corrija la falsa creencia de que debo sentir un “temor reverente” ante Tu Presencia, y por eso  creo firmemente que Tu eres Amor y Felicidad. Que Tu Gracia me de firmeza para encontrar siempre la verdad. Amén.


2 comentarios:

LECCIÓN 287: Tú eres mi única meta, Padre mío, sólo Tú.

1. ¿Adónde querría ir sino al Cielo? ¿Qué podría substituir a la felicidad? ¿Qué regalo podría preferir a la Paz de Dios? ¿Qué tesoro querrí...

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