Te entrego este instante santo. Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará la paz.
1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. Él está a cargo a petición mía. Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.
ORACIÓN:
Padre, mis pensamientos son Tus pensamientos, y acepto ponerlos “al servicio de la
salvación.”. Y si mi meta y función es “perdonar al mundo”, mi voluntad es hacerlo porque “todo aquello que perdonamos es parte de Dios mismo.”.
¡Qué Tu recuerdo se restaure “en nosotros completamente y en su totalidad”, porque decimos “Sí” a Tu Voluntad!
Amén.


No hay comentarios.:
Publicar un comentario