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domingo, 14 de septiembre de 2025

LECCIÓN 257: Que no me olvide de mi propósito.



1. Si me olvido de mi objetivo no podré sino estar confundido e inseguro acerca de qué soy y, por consiguiente, mis acciones no podrán sino ser conflictivas. Nadie puede estar al servicio de objetivos contradictorios y servirlos bien. Tampoco puede desenvolverse sin que se abata sobre él una profunda angustia y depresión. Resolvamos hoy, por lo tanto, recordar lo que realmente queremos para así poder unificar nuestros pensamientos y acciones de manera que tengan sentido y llevar a cabo únicamente lo que Dios quiere que hagamos este día.


2. Padre, el perdón es el medio que Tú elegiste para nuestra salvación. Que no olvidemos hoy que no tenemos otra voluntad que la Tuya. Por lo tanto, nuestro propósito tiene asimismo que ser el Tuyo si es que hemos de alcanzar la paz que dispusiste para nosotros.


REFLEXIÓN:


El “perdón” es el eje de la salvación. Y el “perdón” es la voluntad de Dios, y por lo tanto también es nuestra voluntad. 


“Perdonar” significa “dar”. Eso dice su etimología:  su origen es la palabra latina “perdonare”: el prefijo “per” significa “a través de”, y el verbo “donare” significa “dar”. Estamos dando algo de nosotros mismos, y a la vez estamos soltando, liberando. Y eso que damos nos libera, y también libera a quien se lo damos porque “Somos Uno”. Mi hermano es mi reflejo y me muestra lo que soy y por eso no tiene sentido el rencor. ¿Cómo me voy a juzgar a mí mismo? ¿Cómo me voy a odiar a mí mismo? Ya lo sabemos, y es tiempo de ponerlo en práctica. Y no es necesario buscar la manera de hacerlo, porque la propia vida nos pone en circunstancias de aplicar lo aprendido. ¡Ojala que no reprobemos! ¡Ojalá que sea más grande nuestro amor y nuestras ganas de hacer la Voluntad de Dios, que el acoso del ego que nos empuja a guardar rencor!


ORACIÓN:


Padre, si Tú elegiste el “perdón” como el medio para salvarnos, ¿quién soy yo para oponerme a Tu Voluntad? Yo acepto Tus designios como mis propios designios, y te pido la fuerza y la constancia para cumplir con este “propósito” porque anhelo alcanzar Tu Paz. Amén.


Lecturas complementarias:


Segunda parte: Introducción: 

https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html


¿Qué es el pecado?:

https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/4-que-es-el-pecado.html



1 comentario:

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