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martes, 28 de octubre de 2025

LECCIÓN 301: Y Dios Mismo enjugará toda lágrima.



Antes de leer la lección ver: 


SEGUNDA PARTE: Introducción:

https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html


2. ¿Qué es el Segundo Advenimiento?

https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/9-que-es-el-segundo-advenimiento.html




1. Padre, a menos que juzgue no puedo sollozar. Tampoco puedo experimentar dolor, sentirme abandonado o creer que no se me necesita en este mundo. Éste es mi hogar porque no lo juzgo y, por lo tanto, es únicamente lo que Tú quieres que sea. Hoy lo quiero contemplar libre de toda condena, a través de los ojos felices que el perdón ha liberado de toda distorsión. Hoy quiero ver Tu mundo en lugar del mío. Y me olvidaré de todas las lágrimas que he derramado, pues su fuente ha desaparecido. Padre, hoy no juzgaré Tu mundo


2. El mundo de Dios es un mundo feliz. Los que lo contemplan pueden tan sólo sumar a él su propia dicha y bendecirlo por ser la causa de una mayor alegría para ellos. Llorábamos porque no entendíamos. Pero hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso, y hoy vamos a contemplar el de Dios.


REFLEXIÓN:


Hoy iniciamos el capítulo 9 (¿Qué es el Segundo Advenimiento?):  “la corrección de todos los errores y el restablecimiento de la cordura”. Por eso el Hijo de Dios se hizo Hombre, para mostrarnos la forma y el camino para “dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin reservas.”. Es un motivo de alegría leer las palabras que amorosamente hablan de inclusión y de que el tiempo no puede afectar, ya que “a todos los que vinieron a morir aquí o aún han de venir”, y a los que estamos aquí ahora, se nos liberará igualmente de lo que sea que hayamos hecho. 


No hay condenas, porque no hay quien juzgue. No hay ilusiones porque  la “Palabra de Dios” está ocupando su lugar. Nuestra mente está sanando y este camino que estamos transitando ha valido la pena. Cada dolor o lágrima no habrá sido en vano, sino más bien el recuerdo de una experiencia que nos llevó a encontrar el camino para retornar a nuestro verdadero hogar, y recobrar nuestra Identidad.


Oremos para que el “Segundo Advenimiento” tenga lugar:


No juzgo, no lloro

entrego el dolor

entrego el abandono.


Habito el hogar

que has dispuesto para mí

porque es Tu voluntad, Padre.


Veo Tu mundo

que es el mío

y me olvido 

de “las lágrimas

que he derramado”

porque Tu Gracia

me ha colmado.


Me regocijo en hacer Tu Voluntad.


¡Amén!


2 comentarios:

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