1. A menos que el pasado no exista en mi mente, no podré contemplar el mundo real. Pues en ese caso no estaría contemplando nada, sino viendo lo que no está ahí. ¿Cómo podría entonces percibir el mundo que el perdón ofrece? El propósito del pasado fue precisamente ocultarlo, pues dicho mundo sólo se puede ver en el ahora. No tiene pasado. Pues ¿a qué se le puede conceder perdón sino al pasado, que al ser perdonado desaparece?
2. Padre, que no contemple un pasado que no existe. Pues Tú me has ofrecido Tu Propio substituto: un mundo presente que el pasado ha dejado intacto y libre de pecado. He aquí el final de la culpa. Y aquí me preparo para Tu paso final. ¿Cómo iba a exigirte que siguieses esperando hasta que Tu Hijo encontrase la belleza que Tú dispusiste fuese el final de todos sus sueños y de todo su dolor?
REFLEXIÓN:
Nos han dicho de muchas maneras que el pasado no existe, y que por lo tanto no nos puede afectar; la cuestión es que integrarlo no es tan fácil como leerlo. Nuestra vida cotidiana está inmersa en situaciones que nos trae el pasado sin que lo pidamos. Igualmente pasa con el futuro: Siempre estamos planeando, y muchas veces sin vivir el presente y casi siempre queriendo resolver el pasado. Ahí está el problema: Nunca nos percatamos de que en el presente está la respuesta a todos nuestros males. ¿Por qué? Porque cuando vivimos “en el ahora” conectamos con nuestro Padre, y podemos escucharlo, podemos recibir las respuestas que han quedado en el aire por estar prestando atención al pasado y al futuro. Ambos son una ilusión. Uno porque ya pasó, y el otro porque ni siquiera existe. Y no es fácil, porque desde niños nos enseñaron a conjugar los verbos en los tres tiempos: Pasado, Presente, y Futuro. Y así, de manera automática, nuestra mente salta de un tiempo a otro, y no nos permite escuchar las voces del ahora que provienen de Dios.
Ante esto, lo que nos queda es “creer”. Sí, creer en las palabras de nuestro Padre, quien nos habla en cada lección, y lo único que tenemos que hacer es entonar sus mandatos hasta que la mente no se resista, hasta que la mente sólo sea “presente”.
UCDM, pretende ayudarnos a sanar nuestra mente, y la manera de hacerlo es guiando nuestros pasos para que un día ya no exista la culpa, esa que surge por vivir en el pasado en donde el perdón está oculto.
Dejémonos guiar, entonces, por el Espíritu Santo, quien es “el Mediador entre las ilusiones y la verdad”, y hoy nos dice que como el pasado no existe, no nos puede afectar.
ORACIÓN:
Padre:
No contemplo el pasado
¿Cómo contemplar lo inexistente?
Vivo en un presente ajeno al pecado
en donde la culpa no tiene cabida.
El dolor se ha ido
la tristeza se agotó
la dicha y la paz
coronan mi existencia.
¡Me preparo para Tu paso final!
Amén.
Lecturas complementarias:
SEGUNDA PARTE: Introducción
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html
2. ¿Qué es el Espíritu Santo?
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/7-que-es-el-espiritu-santo.html
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