1. ¿Adónde querría ir sino al Cielo? ¿Qué podría substituir a la felicidad? ¿Qué regalo podría preferir a la Paz de Dios? ¿Qué tesoro querría buscar, hallar y conservar que pudiera compararse con mi Identidad? ¿Cómo iba a preferir vivir con miedo en vez de con amor?
2. Tú eres mi meta, Padre mío. ¿Qué otra cosa aparte de Ti podría desear? ¿Qué otro camino sino el que conduce a Ti querría recorrer? ¿Y qué otra cosa sino Tu recuerdo podría significar para mí el final de los sueños y de las substituciones fútiles de la verdad? Tú eres mi única meta. Tu Hijo desea ser como Tú lo creaste. ¿De qué otra manera, si no, podría esperar reconocer a mi Ser y volverme uno con mi Identidad?
REFLEXIÓN:
Estamos tan absortos en este mundo de ilusiones, que asimilar los contenidos de UCDM, a veces puede parecer desconcertante: “¿Qué tesoro querría buscar, hallar y conservar que pudiera compararse con mi Identidad?”. Ni tan siquiera nos hemos dado cuenta de cuál es nuestra Identidad. No hemos entendido a cabalidad lo grandioso de nuestro origen. El mundo nos tiene tan absortos con sus ofrecimientos que difícilmente entendemos que todo eso que nos ofrece es mentira, es una ilusión, es una distracción. Y mientras tanto nos sentimos vacíos, carentes, tristes, dolidos, derrumbados, y muchas otras cosas más que nos alejan de nuestro propósito en esta vida. ¿Qué hacer entonces? ¡Creer! Sí, creer en las palabras de nuestro Padre, y mientras realizamos nuestras labores cotidianas y nos desenvolvemos en este mundo, pronunciar cada palabra que se nos da, cada consejo, cada sugerencia, sin importar si estamos bien o mal, sin importar si estamos alegres o dolidos, sólo hay que ser dóciles como los niños, y cumplir la tarea diaria, porque al estar guiados, algo estará cambiando dentro de nosotros sin que nos demos cuenta. Sí, que nuestra única meta de cada día sea encontrar a nuestro Padre a través de cada circunstancia o cada hermano que nos confronta.
ORACIÓN:
Padre, la vida en este mundo no es fácil, hay alegrías pero también sinsabores, hay risas y llantos, hay ilusión y desconcierto, pero ahora que sé que me estás guiando sólo deseo alcanzarte, recordarte para dejar de soñar y sufrir. Qué tu infinito Amor sea la fuerza que me impulse a recorrer el camino que me conduce hasta Ti. Amén.
Lecturas complementarias:
SEGUNDA PARTE: Introducción
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html
2. ¿Qué es el Espíritu Santo?
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/7-que-es-el-espiritu-santo.html
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