1. Hoy me despierto lleno de júbilo, sabiendo que sólo han de acontecerme cosas buenas procedentes de Dios. Eso es todo lo que pido, y sé que mi ruego recibirá respuesta debido a los pensamientos a los que va dirigido. Y en el instante en que acepte mi santidad, lo único que pediré serán cosas dichosas. Pues ¿qué utilidad tendría el dolor para mí; para qué iba a querer el sufrimiento, y de qué me servirían el pesar y la pérdida si la demencia se alejara hoy de mí y en su lugar aceptara mi santidad?
2. Padre, mi santidad es la Tuya. Que me regocije en ella y que mediante el perdón recobre la cordura. Tu Hijo sigue siendo tal como Tú lo creaste. Mi santidad forma parte de mí y también de Ti. Pues ¿qué podría alterar a la Santidad Misma?
ORACIÓN:
Padre, mi fe en Ti me permite aferrarme a Tu Palabra:
Creo en que hoy sólo me han de acontecer “cosas buenas”.
Creo que mi plegaria es escuchada y recibo respuestas.
Creo en mi santidad que me otorga bendiciones.
Creo en que soy espíritu y el dolor y el sufrimiento
no hacen parte de mí.
Mi santidad es un escudo protector porque proviene de Ti,
y al regocijarme en ella el perdón me permite recobrar “la cordura.”.
¡Padre! Si “mi santidad es la Tuya”,
“¿qué podría alterar a la Santidad Misma?”.
“Hoy mi santidad brilla clara y radiante.”.
¡Amén!
Lecturas complementarias:
SEGUNDA PARTE: Introducción
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html
2. ¿Qué es el Espíritu Santo?
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/7-que-es-el-espiritu-santo.html
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