1. Soy un Hijo de Dios. ¿Cómo iba a poder ser también otra cosa? ¿Acaso creó Dios lo mortal y lo corruptible? 4¿De qué le sirve al bienamado Hijo de Dios lo que ha de morir? Sin embargo, lo que es neutro no puede ver la muerte, pues allí no se han depositado pensamientos de miedo ni se ha hecho de ello una parodia del amor. La neutralidad del cuerpo lo protege mientras siga siendo útil. Una vez que no tenga ningún propósito, se dejará a un lado. No es que haya enfermado, esté viejo o lesionado. Es que simplemente no tiene ninguna función, es innecesario y, por consiguiente, se le desecha. Que hoy no vea en él más que esto: algo que es útil por un tiempo y apto para servir, que se conserva mientras pueda ser de provecho, y luego es reemplazado por algo mejor.
2. Mi cuerpo, Padre, no puede ser Tu Hijo. Y lo que no ha sido creado no puede ser ni pecaminoso ni inocente; ni bueno ni malo. Que me valga, pues, de este sueño para poder ser de ayuda en Tu plan de que despertemos de todos los sueños que urdimos.
REFLEXIÓN:
Lecciones como estas a veces son incomprensibles, o más bien nos dejan sin palabras. Ya nos han dicho que no somos cuerpo, pero cuando leemos que el cuerpo es “algo que es útil por un tiempo y apto para servir, que se conserva mientras pueda ser de provecho, y luego es reemplazado por algo mejor.”, entonces comprendemos la fragilidad de aquello a lo que le hemos dado más valor, por encima de nuestra verdadera esencia. Porque nos sentimos grandiosos cuando tomamos conciencia de que somos espíritu, pero nos tornamos vulnerables cuando nos identificamos con el cuerpo pues ya sabemos que es sólo un instrumento para transitar por este mundo, pero que sólo está cumpliendo un propósito o función, y cuando esto se lleve a cabo, entonces “se dejará a un lado”. Durante todo el curso nos van preparando para asimilar esto, y creo que ya hemos dado pasos grandes para comprenderlo, y aún así no es fácil, pero estamos aquí para que “despertemos de todos los sueños que urdimos.”, y que nos han causado tanto dolor.
ORACIÓN:
Padre, soy espíritu, Tu santo Hijo, y estoy aquí para aprender, y por eso te entrego mis ganas y mi docilidad, porque lo que más anhelo es sanar mi mente y liberarla de los sueños de dolor y muerte. Que Tu Gracia y Poder, me guíen en este camino de regreso al Amor. Amén.
Lecturas complementarias:
SEGUNDA PARTE: Introducción
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html
2. ¿Qué es el mundo real?
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/8-que-es-el-mundo-real.html
Muchas Graciasssssssssssssssssss
ResponderBorrar¡La Gracia del Padre, sea contigo!
Borrar