1. Lo que parece ser el segundo lugar es en realidad el primero, pues percibimos todo al revés hasta que decidimos escuchar la Voz que habla por Dios. Nos parece que sólo podemos alcanzar autonomía si nos esforzamos por estar separados y que la manera de salvarnos es aislándonos del resto de la Creación de Dios. No obstante, lo único que conseguimos son enfermedades, sufrimientos, pérdidas y muerte. Esto no es lo que nuestro Padre dispone para nosotros y no existe otra voluntad que la Suya. Unirnos a Su Voluntad es encontrar la nuestra. Y, puesto que nuestra voluntad es la Suya, es a Él a Quien debemos acudir para reconocer nuestra voluntad.
2. No hay otra voluntad que la Tuya. Y me alegro de que nada que pueda imaginarme contradiga lo que Tú quieres que yo sea. Tu Voluntad es que yo me encuentre completamente a salvo y eternamente en paz. Y comparto gustosamente Contigo, Padre mío, esa Voluntad que Tú me otorgaste como parte de mí.
REFLEXIÓN:
La Voluntad de Dios es que estemos a salvo y en paz, pero contradictoriamente parece que tenemos miedo de hacer la Su Voluntad. Siempre reitero esto porque he conocido a muchas personas que no se atreven a soltar sus miedos y por eso no se deciden a entregar su vida completamente a Dios. Y cuando digo “entregar su vida” me refiero a la confianza, no a hacer sacrificios. Todo esto se debe a que crecimos con la idea de que teníamos que sacrificarnos por los demás, porque ello implicaba amar. Y nos aferramos a esa idea porque también nos hicieron creer que obtendríamos un premio por ser “redentores” de los demás. Ya sabemos que no es así, y por eso para nosotros es más fácil aceptar que verdaderamente lo único que nos traerá paz es reconocer que nuestra voluntad y la de Dios son una, y que eso es garantía de que todo estará bien en nuestras vidas.
Sí, sea lo que sea que pase, estar alineados con nuestro Padre es lo único verdadero y correcto, y es lo mejor que nos puede pasar. Además, cuando acepto hacer la Voluntad de Dios, estoy eligiendo "estar en segundo lugar", para de esa manera "obtener el primero", al conectar con lo que Dios quiere que se haga en mí .
Jesús, cuando estuvo de paso por la tierra, siempre eligió el segundo lugar, porque le dio el primero a Su Padre al aceptar hacer Su Voluntad sin reparos. Todos los créditos fueron para el Padre, y por eso el Hijo ocupó el lugar de privilegio. Hay muchos pasajes en la Biblia donde se manifiesta la humildad del Hijo, al enaltecer al Padre. Este es uno de ellos:
“Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a Ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame Tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.” (Juan 17: 1-5)
ORACIÓN:
Padre, en los momentos más difíciles de mi vida, he tenido miedo de decir “hágase Tu Voluntad", pero luego, con el paso del tiempo, y después de sanar el dolor, he comprendido que aceptar Tus Designios, fue lo mejor que me pudo pasar. Que Tu Fuerza y Tu Gracia, me acompañen siempre en este camino de regreso al Amor. Amén.
Lecturas complementarias:
SEGUNDA PARTE: Introducción
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/segunda-parte-introduccion.html
2. ¿Qué es la Creación?
https://uncursodemilagroscadadia.blogspot.com/p/11-que-es-la-creacion.html